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Bucovina,..." ruta y cuna de monasterios"

En el norte de Rumanía existe una pequeña región que concentra a una buena parte del (poco) turismo que llega al país, compartiéndolo con la ruta del Conde Drácula.



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La principal atracción de esta zona son una serie de monasterios pintados, construidos en la época de la lucha frente a los invasores turcos liderada por Esteban el Grande para fortalecer el espíritu de su población.

Un poco más tarde, Petru Rares los convirtió en autenticas Biblias ilustradas y en crónicas épicas de la lucha contra los turcos.



Esta región, hermana de la hoy independiente Moldavia, conserva en sus pueblos un ambiente totalmente rural. Aún se pueden ver ancianos campesinos con los trajes tradicionales y casas de madera habitadas por campesinos.
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No es difícil llegar a Moldavia – Bucovina. La buena red de ferrocarriles rumana permite alcanzar la zona desde muchas de las localidades del país. De igual manera, conseguir alojamiento no es complicado. Aparte de los hoteles existentes en las ciudades más grandes, para quien quiera vivir más de cerca la atmósfera rural de esta zona, puede acercarse a pequeños pueblos y alojarse en alguna de las numerosas casas rurales que existen.

Luego, para moverse entre los distintos puntos de interés, siempre se pueden coger autobuses o, incluso, hacer auto-stop. Allí es muy frecuente encontrarse con gente de todo tipo al borde de la carretera esperando ser recogidos. Los conductores suelen parar casi siempre y, a cambio de una pequeña propina, te llevan a tu destino.

Iasi y Suceava: Éstas antiguas capitales le encantarán y le harán desear quedarse más tiempo en Bucovina. En ella existen varios puntos interesantes que se pueden visitar. Así en Iasi, principal ciudad universitaria de la zona. De hecho es la ciudad universitaria más antigua del país.
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En esta ciudad no se puede perder uno la Iglesia “Trei Lerarhi”, de los Tres Prelados. Es uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura feudal de Moldavia. Toda la Iglesia está construida totalmente en piedra, con una decoración escultural continua. En Suceava lo más destacado es su Ciudadela, llamada Principesca, y, a pocos kilómetros, el Monasterio de Dragormina.

Los Monasterios

La joya de la corona. Multitud de turistas la visitan cada año. Algunos incluso siguen funcionando y podemos ver a Monjas y Monjes ortodoxos andando por allí. Hay cinco Monasterios principales, que son los que nadie se debe perder.


Voronet
De entre los monasterios, este es el que recibe adjetivos más exagerados: “Joya de Bucovina” y “Sixtina de Oriente” son algunos de los epítetos que recibe esta magnifica edificación. Son los frescos exteriores los que hacen que merezca estas calificaciones. Con un predominio del color azul, una de las fachadas tiene representado en ella “El Juicio Final”, considerado la obra maestra de los frescos de Bucovina. Lo cierto es que es un autentico libro de imágenes, que no puede dejar indiferente a nadie.

Humor

El monasterio de Humor, fundido en 1530, es bastante pequeño. Su joya puede ser una representación del poema “La Caída de Constantinopla“, que muestra los sentimientos de los rumanos hacia los turcos. Desde 1785 es tan solo una iglesia parroquial.

Arbore

Es el menos accesible de todos los monasterios. Si en Voronet predomina el azul, en Arbore la decoración en un multicolor. Por desgracia tan solo se conserva bien la fachada oeste, con pequeñas miniaturas sobre el Génesis y vida de Santos.
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Sucevita

Esta situado en un precioso paraje, con colinas y pastos. La vida monástica continua en este Monasterio y parece que no ha cambiado desde hace siglos.
Sus frescos son los mejor conservados de todo el conjunto, dando la impresión de ser un gran libro, con una representación monumental de la “Escala de las Virtudes”, cuando el difunto debía franquear varios pasos hasta llegar al Juicio Final.

Moldovita
Moldovita es el más bucólico y aldeano de todo el conjunto. El fresco sobre el Sitio de Constantinopla, repleto de personajes, es una maravilla de la pintura, con los detalles más nimios rigurosamente representados.
Lo cierto es que Bucovina – Moldavia es una pequeña joya del turismo en Europa, con paisajes de ensueño y localidades congeladas en el tiempo. Merece la pena su visita. Es verdaderamente una joya.

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